jueves, 27 de octubre de 2011

IR AL MEDICO Y CONSECUENCIAS.

He venido esta mañana temprano a que me saquen sangre para la analitica que quería mi nuevo médico oficial de Aguinaliu. 
Como no estoy nunca enfermo, mi relación con la medicina oficial es más testimonial que como usuario. 
Apenas tengo historial médico pues no quieren incluir que hago macrobiótica... Solo incluyen lo que consideran negativo... que fumo tabaco y.. nada más.
Viendo tanta gente enferma en el centro sanitario me da por pensar en la compasión, en que nos hacemos mayores y necesitamos vivir con más cuidado y cariño.. esas cosas. Por otro lado, no los he visto hoy, pero se que cada vez hay más niños y jóvenes con efectos enfermizos, tanto físicos como mentales, cada vez más degenerados y complicados de manejar.
A veces digo del PROA, que es un proyecto desde antes de nacer hasta después de morir. No se puede evitar morir una vez se ha nacido, pero si que se puede evitar el sufrimiento, el dolor y las desgracias que creamos nosotros mismos con el descontrol de nuestra mierda espiritual, energética, emocional, o como la queramos llamar.
La mierda no es nada bueno ni malo en si misma, depende del sitio, de la utilidad que se le da y otras variables.. pero sobre todo, la utilidad que se le da.
En Aguinaliu es muy fácil ir encontrando el sitio y la utilidad de todo. Ir reciclando  con orden y paciencia, en vez de agobiarse por la urgencia de librarse de la suciedad.
En las ciudades actuales es mucho más complicado pues no paran de crear más y más basura aceleradamente y no da tiempo a ver e imaginar lo que hacer y reciclar... Se vive en estado de emergencia por librase de todo tipo de mierdas y basuras... físicas, mentales, familiares, sociales... y como no se puede conseguir por estar en contra del Orden del Universo, se acumulan y se pudren o arden, dando origen a los efectos que llamamos enfermedades, criminalidad, guerras, competencias y peleas, etc. 
Si nos acercamos a la naturaleza y sus tiempos, velocidades y aceleraciones suaves, vamos recuperando el juicio, orden y control. Dejamos de producir más mierda que la cómodamente reciclable. Nos recuperamos más rapida y fácilmente de los efectos que podemos englobar en el concepto global de "sufrimiento". Necesitamos cada vez menos para encontrar la satisfacción que se busca torcidamente y forzadamente en la vida consumista... En lucha continua.
Retornar o acercarnos a la naturaleza empieza para mucha gente en el simple hecho de comer más natural, comer cuando se tiene hambre, beber cuando hay sed, dormir cuando se tiene sueño... Empezar a vivir más en armonía con nuestro cuerpo, que también es naturaleza, que también es Yo.
Desde luego, cada cual es plenamente libre desde el nacimiento de lo que hace con su vida, incluido cooperar a crear y repartir sufrimiento en su vida y en el mundo.
La prensa del sistema dice que ya somos 7.000 millones de humanos en la Tierra y profetizan que dentro de unas décadas viviremos en grandes ciudades el 70-80%... Lo dudo, tal como va. Si ocurre, no estaré yo para verlo, pero tampoco tengo intención de cooperar a que eso ocurra. 
Con este discurso, deduzco que le he encontrado una utilidad positiva.. que he reciclado en agradable.. la experiencia desagradable de ir a que me pinchen y saquen sangre y ver el centro médico lleno de gente enferma.
Me voy con mi tranquilidad a seguir reordenando y reciclando las piezas de Aguinaliu, aspirando a que esa actividad me recupere pronto de los ultimos 10 años de oficina y empresa y poder ser de más utilidad y beneficio al mundo tranquilo y placentero que me gusta.

martes, 25 de octubre de 2011

EL VALOR DE UN SITIO MACROBIOTICO DE RETIROS Y CONVIVENCIA

PROYECTO AGUINALIU-PROA
Ayer visitaron el PROA  unos amigos de la familia macrobiótica, Dani y Joana, de la escuela Esmaca. 
Del feliz encuentro de macrobióticos y la proyección de próximas actividades, sale el impulso del discurso de hoy. 
A ver si es de utilidad.

 
Para la salud y libertad personal, además de comer bien, son incluso más importantes y poderosas las compañías, el entorno social inmediato.
En la sociedad moderna, se delega la salud a los médicos, hospitales y farmacias y la libertad al hecho de poder consumir una cosa u otra. Consumir, a fin de cuentas, sean objetos físicos o mentales.
En la sociedad dominante, lo de ayudar a los demás o hacer un mundo mejor, pasa por ser obediente al poder económico, a los mercados; a través de todos sus instrumentos… política, religión, sistema educativo y propagandístico, sistema sanitario, ejército y policía, sistema judicial… Prácticamente, todo el sistema es un mercado y está montado para “subyugar la naturaleza”, siendo obediente a unas escrituras que se han llegado a hacer “dogma de fe”, a base de siglos de sangre y fuego.
Las culturas orientales y la macrobiótica no tratan de subyugar nada, en todo caso, al odio, la ignorancia y la imagen miserable y negativa que gran parte de la población tiene de si misma y de la vida. Imagen negativa, como si ser un humano fuera un error de la naturaleza. Como si los humanos fueran intrínsecamente destructivos. Muy al contrario de la visión oriental o cristiana (no judeo-cristiana), que considera a un humano como un ser de luz.
Lo “malo” o lo destructivo, son los engaños, el odio, el apego y visiones negativas de la existencia. Como unas películas que pasan por delante de la luz y proyectan una realidad o subjetividad ilusoria y cambiante, ya sea una realidad subjetiva agradable o sea terrorífica. La programación del ego, a fin de cuentas.

La libertad de la que hablo no es la de poder comprar o consumir un objeto u otro, creerse unas cosas u otras, opinar una cosa u otra, votar a un partido u otro. Esa es una libertad condicionada por nuestra programación.
Es evidente que no han parado de crecer aceleradamente todo tipo de síntomas negativos, a pesar de los asombrosos avances tecnológicos. Crecen aceleradamente todo tipo de síntomas enfermizos físicos, metales, emocionales y espirituales, crece la criminalidad, la corrupción, conflictos, competencia egoísta… Quien paga todo esto es el medio ambiente y nuestra salud, pues nuestro cuerpo también es naturaleza y funciona con los elementos… agua, aire, fuego… No solo nuestro cuerpo, también nuestra mente, emociones y espíritu. Nada de nada deja de estar sujeto a las Leyes Naturales u Orden del Universo. Nuestras acciones, sean hacer con el cuerpo, pensar, comer, respirar, movernos o dejar de hacer... Todo absolutamente tiene efectos y consecuencias.

Acercarnos a la naturaleza, a sus ritmos y tiempos, es de gran ayuda para acercarnos a nuestra propia naturaleza humana, para vernos a nosotros mismos. Luego, tras vernos, viene lo de comprendernos, con ayuda de la sabiduría del Orden del Universo que se expresa en la macrobiótica y también de otras formas, en otras escuelas.
Sin “vernos”, en silencio y con un espíritu compasivo de ayudar al mundo, empezando por uno mismo, sin ese “vernos”, no es posible comprender nada de nada, ni es posible ir más allá de nuestra programación y así poder ver que conviene y elegimos cambiar o potenciar de nuestra programación para ser unos hacedores  positivos, en vez de unos esclavos o mercenarios autómatas del sistema, llevados por su programación compulsiva, como hoja llevada por el viento, que igual aparca en sitio tranquilo o se ve en un torbellino sin elección.

Irnos a la naturaleza en solitario puede ser de ayuda momentáneamente, pero no es suficiente para proyectar y crear otra realidad pues al volver a lo de siempre todo vuelve a seguir la misma inercia, por mucho que nos hayamos comprendido y mejorado por un tiempo. Comprendiendo que nuestro propio ego se programa para adaptarse al entorno medioambiental y social y que este entorno nos enferma y esclaviza a todos en mayor o menor medida, desearemos cambiar el entorno, por otro que nos ayude a programarnos  para vivir con paz, salud y satisfacción y ser de ayuda para un mundo que tienda a ser cada vez más libre de violencia medioambiental, social, familiar e individual-autodestructiva.

El PROA se ha iniciado para eso, por eso no se plantea como un negocio turístico macrobiótico, como un parque temático más para ver qué hay de agradable para consumir, hacer la foto, y acumular en el disco duro de experiencias superficiales, como el que acumula películas o música en su PC.
El PROA se plantea como asociación o sociedad en el que cada cual viene a ocuparse de si mismo en compañía, a aprender y enseñar, a participar en una reprogramación colectiva que ha de tener continuidad en las próximas generaciones y participar ahora en un mundo global desde un sitio de concentración.

El PROA no puede existir ni funcionar sin socios, socios ocupados en la empresa de mejorarse a si mismos a base de participar y ayudar al colectivo o familia de asociados en un empeño común. Hacer un pequeño pueblo piloto de cómo soñamos la vida en este planeta. Ya hay varios proyectos en diversas partes del mundo con la misma intención con los que podemos colaborar a escala global.
Si lo hacemos en pequeñito, será el éxito de un grupo de humanos y se irá extendiendo a  todo el planeta.

¡Hagámoslo! La vida se pasa rápido y la creatividad positiva es lo que más llena.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¡HAGÁMOSLO! Dejar de trabajar

En una reunión con Michio Kushi, en Tenerife en 1996 estábamos varios macrobióticos veteranos, médicos, profesores, terapeutas, educadores… Se expusieron bonitas ideas de unirnos en el esfuerzo de normalizar la macrobiótica (que se enseñara en la universidad y las escuelas, que fuera normal en la calle…). Michio K. escuchaba mientras comía parsimoniosamente y decía de vez en cuando ¡Hagámoslo!

Lo mismo digo ahora.
Llama y escribe mucha gente desde hace mucho tiempo buscando “trabajo” en el PROA. Trabajo viene de “traba”, de obstáculo. Para ser un mandado y un esclavo ya está  el llamado “sistema”. El PROA no admite trabajadores esclavos. O se es un socio o colaborador, consciente, participante y responsable de sus acciones y de la parte del PROA que asuma o se es un estudiante de Macrobiótica-el Orden del Universo, o las dos cosas.
Muchos, no todos, repiten el mantra…”¡Oooh, mucho trabajo!”, como si fuera algo desagradable, un obstáculo. Sin embargo yo veo.. ¡¡Uuum, muchos años de estar entretenido!!... O, mis amigas/os artistas, que ven obras de arte en un montón de objetos antiguos de todo tipo, con sólo añadir un poco de limpieza y algún retoque. Esto incluye no solo objetos, también  las casas, habitaciones, espacios, perspectivas…

A veces suelto el concepto de “terapia constructiva”, concepto que pueden entender muy bien los artistas y rehabilitadores que tienen despierto el ojo de la belleza.
Cuando yo vine a esta zona, a ayudar en otro proyecto de pueblo ecológico, decía lo mismo… “Mucho trabajo”, pero a los 10-15 días ya no importaba el “mucho” y simplemente era “trabajo”. Unas semanas más y dejó de ser trabajo para ser actividad, y unos meses más tarde, cuando empecé a estar en buena forma y olvidar el estrés social,  pasó a ser actividad placentera y creativa. Es ese momento o nivel de cambio a positivo de mi proceso personal, se empezó a sumar gente y todo empezó a fluir de modo fácil y natural. Las dificultades eran eso, meras dificultades que se irían resolviendo cuando tocara. Se veían, se ponían en la lista para irlas perfilando tranquilamente, y a seguir con lo que tocaba ahora.
Algo parecido cuentan los que han hecho el Camino de Santiago. Empieza siendo duro por nuestras durezas y cada vez se va haciendo más mágico y sin nada de durezas, aunque los kilómetros sean los mismos cada día. El que hace el camino en taxi no experimenta lo mismo que andando 30-40 días.

El que no ha hecho o no recuerda esta experiencia se agobia fácilmente y yo sólo llevo 3 meses y medio en Aguinaliu y todavía estoy ocupado en recuperarme del cansancio de los más de 10 años de vida social “trabajando”. Un peñazo enfermante

En el otro proyecto, el de la época de Pano (ver FB: https://www.facebook.com/media/set/?set=a.1295542108256.2039657.1221422408&type=1 ) se hicieron socios unas 150-200 personas en 2 años, cada vez más rápido, a medida que yo, y otros amigos que se apuntaros a residir, dejamos el estrés, los agobios, las prisas y… el trabajo.

Dejar el trabajo no es estar inactivo, es estar muy activo, entretenido y divertido con lo que se hace. Si parí un proyecto de pueblo en vez de un mero centro macrobiótico o de otro nombre es porque un pueblo ofrece una mucho mayor posibilidad de actividades para estar entretenido. Si además lo unimos a una idea de globalidad, de estar conectados y colaborar con otros proyectos, con las universidades, etc., el índice de posibilidades de “hacer” para estar entretenido en un proyecto de mundo mejor, es casi infinito.

Si ha leído esto, el futuro interesado en participar en el PROA, seguramente seguirá viendo “Oooh. Mucho trabajo”, al llegar y quizá ahora verá en mi mirada un… ¡Paciencia!
Estoy seguro que dentro de algunas semanas o meses verá en mi mirada un ¡¡Siii. Fantástico!! Y no sabrá si me estoy burlando o lo digo en serio porque estoy muy contento… Osawa le decía a quien se le presentaba con cáncer ¡¡Aaah. Magnífico. Ahora tiene una gran oportunidad de cambiar su vida profundamente!!

Genere y cultive el deseo de cambiar su vida y la vida en el mundo y entenderá perfectamente el PROA y se sentirá cómodo, al menos espiritualmente cómodo primero y físicamente más adelante. Yo estoy dispuesto a acomodarme  y dejarme cambiar por los que vienen para “hacer pueblo macrobiótico” en beneficio de este planeta y la evolución de la humanidad. Mis dos eco-vecinos también.

Aprovecho para sumarme a lo del 15-O para acabar con el sistema injusto, contaminante y caótico que domina el mundo. Estaré cantando  ese día, pero estoy en ello y me esfuerzo en ir creando salidas y alternativas nuevas, justas, ecológicas, pacíficas, saludables, etc., como se aspira con el PROA.

Ya he instalado la eco-calefacción para mi y para quien venga con el frío.

lunes, 10 de octubre de 2011

Qué hace falta para hacer una comunidad macrobiótica estable?

Proyecto Aguinaliu –PROA-
Que hace falta para hacer una comunidad macrobiótica estable?

1.- Librarse de ilusiones.
Ser macrobiótico no significa ser más listo, más importante, más guapo, más fuerte… que ser otra cosa, ser otra etiqueta. Esas cosas dependen de la perspectiva personal y es una mera ilusión, un engaño si nos creemos que nuestra perspectiva es una realidad estable y que no cambia ni depende de otras cosas, otros factores y condiciones.
Esta mente o estado de no-engaño o no-ilusión no es un descubrimiento macrobiótico. Ya hace muchos siglos que se descubrió y de ello hablan la sabiduría de las distintas tradiciones, como las diversas escuelas del budismo, del taoísmo o del hinduismo. No tanto las tradiciones teístas, que no se han interesado demasiado por liberarse de ilusiones y se han dedicado mucho más a hacer guerras por tener razón o que ganara su dios.
En occidente… la cultura europea formada a base de una sucesión de siglos de continuas guerras, se llegó socialmente al mecanicismo (Descartes) y al existencialismo, con los testimonios de Nietzsche, J.P. Sarte, A. Camus… Un estado de desengaño total en el que murió del todo el aferramiento el sentido de “lo sagrado”.. Dios, patria, familia y otros inventos usados por el aferramiento y tozudez espiritual, por el miedo a “no ser nada”, a estar “colgado”, sin un sentido fijo y estable en esta vida.
El problema que hace sufrir... que es sufrimiento en si mismo, es ese miedo a “no ser”. La muerte o desaparición de todas las ilusiones, en si misma, no significa ser feliz, tener satisfacción, etc., Significa cierta paz… reconocer que somos unos esclavos del Orden del Universo, de la Ley Natural, de que “es lo que hay”. Si nos enteramos y nos enfada ser unos esclavos del Orden del Universo y buscamos trucos para “ser libres de esa esclavitud”, sólo estaremos aumentando el sufrimiento y el dolor en nuestras vidas y en este planeta jugando a ser dioses. Es el alto precio del egoísmo.
No se puede hacer una comunidad macrobiótica con individuos muy egoístas. Hay que aprender a amar y sentir placer en el hecho de ser unos “pringados” esclavos del Orden del Universo. Hay que aprender a ser humildes, asunto nada fácil, pues para llegar a ser humilde conscientemente hay que haber sido antes arrogante y egoísta, y ser también consciente de ello.
Alguna escuela Zen decía que los “egos” se van puliendo como se limpian las patatas de tierra (para los macrobióticos lo cambiaré por zanahorias). Se meten en un bidón, se remueven y restriegan unas con otras y eso las va limpiando a todas. Para hacer una comunidad macrobiótica hace falta unos cuantos macrobióticos bien arrogantes y egoístas, pero no destructivos, que tengan sus propios criterios y estén dispuestos a debatir y discutir hasta que aparezca la forma suave que permita que todos se froten suavemente, sin asperezas, fluyendo placenteramente (Frotarse suavemente e integralmente.. mental, espiritual y físico). Un grupo de macrobióticos es un grupo de personas con una mentalidad universal, más allá del origen cultural, el idioma, la edad, el sexo, la raza… de cada individuo. Hacer que se froten tantas diferencias y que llegue a fluir suavemente es un asunto de años, de paciencia, de constancia, de esfuerzo… Para resistirlo hace falta:

2.- Intuir el sentido último, el mito que da sentido y pone orden en una comunidad macrobiótica.
El paraíso, el amor, la salud, la justicia, el equilibrio, la libertad, la iluminación, la paz… todos estos mitos se han de reunir en uno que contenga a los demás, que vaya más allá de ellos. Tampoco eso sería un invento o descubrimiento de los macrobióticos. Por ejemplo, el Sutra del Corazón de los budistas Mahayana ya lo expresó hace siglos  de modo insuperable. “Om gate gate, paragate…” … “Id más allá, más allá del más allá….” .
Los aspirantes a una comunidad macrobiótica han de ver “de dónde venimos” para ver adonde vamos. La macrobiótica, como escuela o filosofía moderna, no tiene más de 75 años... Nada, comparado con siglos de otras escuelas, filosofías, tradiciones, religiones… que nos han traspasado los mitos o diversas interpretaciones del sentido de la vida. Quizá la diferencia es que estamos en un mundo global y la macrobiótica ha de buscar ser una forma global, que valga igual en China, en África, Europa, en Siberia o en cualquier sitio del planeta. Sin cuerpo no hay ego, o persona o pertenencia a un grupo o comunidad. Sin forma no hay mito que valga. Sin lados no hay centro. Sin Yin no hay Yang.
Una comunidad macrobiótica necesita que uno o algunos miembros tengan, cuiden y mantengan el sentido del mito para que se mantengan la forma en constante evolución y cambio.

3.- La forma
La forma de una comunidad macrobiótica depende del mito, el lugar, el clima, los integrantes del grupo. Será distinta en todos los casos. En una ciudad, en el campo de Europa, en un pueblo de África, en los Andes americanos. Lo único que tendríamos en común con otras comunidades macrobióticas es el sentido o espíritu global y la filosofía básica de la Macrobiótica 1.0. (La de Osawa y la ampliación con la generación de sus discípulos) A partir de ello habría que construir a base años y quizá de generaciones, la Macrobiótica 3.0., compartiendo experiencia y habilidades entre varias comunidades, pero primero hay que hacer unas cuantas aquí y allá, y que estén en contacto, además de con los macrobióticos "sueltos" que circular por el mundo.
Para tener la habilidad de crear “la forma” se han de conocer otras formas de referencia, como las tradiciones y filosofías de nuestros antepasados, incluidas las fuentes de la Macrobiótica 1.0, y también lo moderno. Como no hay nadie que lo conozca todo nos necesitamos unos a otros.

Lo dejo aquí pues el tema da para hacer un libro extenso.



jueves, 21 de julio de 2011

Hacer Amasake y koji en casa

Escribo esta información por gentileza de una socia de la Asociación Aguinaliu que ha apadrinado mis horas de trabajo en redactarlo para ella y al mismo tiempo que sirva a todos los amigos que me leen.

El amasake es un producto de sabor dulce de la cocina japonesa que hemos adoptado los macrobióticos como otra forma de manipular naturalmente el arroz integral u otros cereales para el consumo cotidiano.
Aprendiendo a hacer amasake de arroz, aprendemos a hacerlo también de cualquier otro cereal, pues el proceso es igual.
Aprender  a hacer amasake contribuye a hacernos más libres…¿Cómo? ¿De qué? ¿De quien?
La gran mayoría de la población actual tiene problemas con el azúcar en sangre (hipoglucemia), lo cual produce bajones de energía que piden comer compulsivamente algo dulce. (Vea artículos o algún libro, tal como Sugar Blues, sobre los efectos extremos del azúcar y azúcares rápidos en nuestra personalidad, física, mental  y emocional).
Cuando se llega a la macrobiótica, con raras excepciones, todos llegamos con la mentalidad de “receta”, buscando algo que nos adelgace o nos libre de alguna manifestación o efecto de unos hábitos de vida y de comer tóxicos y caóticos. No tenemos ninguna confianza en nosotros mismos o tenemos una confianza exagerada e ilusoria, esclava de lo que “tenemos” (mucho dinero, seguros médicos o de otros tipos, conocimientos, fuerza, religión, pareja,  amigos, gurú…) cualquier cosa menos confianza en uno mismo, desnudo de todo, sin nada a qué sujetarse.
Esta inseguridad profunda tiene mucho que ver con los altibajos de energía y ello de los altibajos bruscos de azúcar en sangre. Eso nos ocurre desde niños, ya que los que nos aman nos han dado mucho azúcar como signo de amor. A los perros no se les da porque se quedan ciegos, pero nos lo damos a nosotros mismos y nuestros seres queridos, produciendo una ceguera instintiva o espiritual que se vuelve física en forma de todo tipo de formas de dolores y sufrimientos por andar ciegos por la vida.
Al comer granos integrales como base de la dieta, baja mucho el deseo de dulces con azúcar, bajan los altibajos de hiperactividad y depresión y se empieza a “ver” la vida de otro modo más equilibrado, con más equilibrio emocional entre lo visceral o instintivo… lo que viene de abajo, de las tripas…y lo conceptual o mental.
El amasake es de mucha ayuda en esa fase inicial de cambio, cuando todavía apetecen los dulces, para no consumir azúcar, miel, siropes… ni otros azúcares rápidos que nos tienden a  hacernos visceralmente compulsivos. Al estar más centrados se facilita la observación, el estudio y las reflexiones tranquilas, centradas y profundas. Viendo mejor como somos, como son las cosas y como se interrelaciona todo, empezamos a acertar más en la vida, o al menos a no hacer grandes pifias por compulsivos ignorantes. Con el tiempo de práctica, cambia la visión de ir a la macrobiótica en plan “receta médica” por la visión de que somos nosotros mismos los responsables de controlar nuestra salud y nuestra vida al elegir lo que comer, pensar, creer, etc. Lo que nos hacemos a nosotros mismos, se lo hacemos a los demás y al medio ambiente.

Proceso natural
El proceso consiste en fermentar el arroz (o cualquier cereal integral) con un agente de fermentación que llamamos “koji” en la jerga macro por su origen japonés, al igual que la “Paella” se llama paella en todo el mundo.
Los japoneses hacen el koji a partir de un cultivo de hongos y en las tiendas se encuentra “arroz koji”, que es un arroz tratado con ese cultivo para hacer amasake, miso y otras cosas.
Voy a explicar la versión casera hecha con enzimas de trigo germinado, pues para el propósito de descomponer el almidón del arroz en el proceso de fermentación, funciona igual o mejor.
Las enzimas son sustancias que descomponen moléculas grandes y otras más pequeñas. Nuestro cuerpo las produce para digerir la comida. Se producen en la saliva y en el sistema digestivo mayormente.
Los granos integrales, todos ellos, todas las semillas del mundo, producen enzimas al germinar. Con ello descompone el almidón y es digerido y nutre a la plantita recién nacida hasta que enraíza y empieza a comer de la tierra.
A los detergentes y desengrasantes también le añaden enzimas, para disolver la grasa.
El miso, el tamari, los pickles... En macrobiótica tiene una gran importancia el uso de los fermentados naturales para facilitar la digestión, asimilación y limpieza del cuerpo. La masticación e insalivación concienzuda de los cereales es algo fundamental que recomienda la macrobiótica cuando toca limpiar y sanar los efectos de una vida caótica, extrema, tóxica y destructiva.
Se podría hacer el koji de cualquier grano integral vivo, pero usamos el trigo por ser lo más fácil y barato, dentro de lo saludable.
Conviene hacer cierta cantidad para varios meses o hasta para un par de años pues es muy fácil de guardar y solo habrá que ir usando pequeñas cantidades cada vez que se haga Amasake.

Cómo hacer el koji de trigo.
  1. Comprar trigo con granos enteros que germinen bien. Si hay muchos granos rotos se pudrirán y tendremos un koji sospechoso.
  2. Sumergir totalmente el trigo, a remojo en agua.. 1, 2, 3.. kg., durante 24-48 horas, según la temperatura.
  3. Pasar a un recipiente con agujeros para que se escurra y vaya germinando. Yo uso una garrafa de agua, cortando la parte superior,  a la que le hago unos cortes debajo para que se vaya el agua. Cabe trigo para hacer Amasake mucho tiempo. Luego la tiro y evito tener un chisme que solo utilizo cada 1-2 años.
  4. Regar y remover cada día, hasta que salen las primeras raicillas. (2 a 5 días, según estación)
  5. Una vez germinado, poner a secar al sol sobre una tela limpia o, en invierno, sobre un radiador en un saco de tela, una funda de almohada, unas medias o calcetines limpios... Hasta que esté totalmente seco.
  6. Guardar en un bote  seco. Se conserva indefinidamente estando seco.

Cómo usar el koji
  1. Para un kg de arroz cocido se añade unos 5-10gr de harina de koji. Un pequeño molinillo eléctrico de café es más que suficiente para moler muy fino esa pequeña cantidad de trigo koji. Si se tiene un molino de piedras para hacer harina en casa, pues muchísimo mejor.
  2. La koji-harina se añade al arroz cocido cuando está a unos 50-65ºC y se mezcla.
  3. Como el arroz del fondo de la olla estará mucho más caliente que el de encima casi es más útil usar el termo-dedo que pinchar con un termómetro. Metemos un dedo en el arroz hasta notar la profundidad en la que se nos puede cocer el dedo... De ese nivel para arriba podemos añadir y mezclar la harina con el arroz. Se mezcla, se tapa y se deja 15-20 minutos.
  4. Para que salga bien, sin eternizarse el proceso de fermentación, se ha de ir triturando gradualmente con una batidora de mano, capa a capa, a medida que baja la temperatura. El arroz de encima se irá licuando y cada vez es más fácil ir profundizando en la perola, hasta llegar al fondo.
  5. Cuando la temperatura baja mucho, ponemos la perola al sol fuerte o sobre un radiador o en otra perola más grande con agua, al baño maría. Se trata de mantener a esa temperatura muy caliente pero que no nos cuece el dedo.
  6. Ir batiendo cada rato.. 15-30 min… hasta que se ha vuelto totalmente líquido, con textura de yogurt.
  7. Si hemos cocido con más agua será más líquido y con menos agua será más denso.
  8. Con más agua (1 de arrozx 3 de agua) es más fácil de batir, pero dura menos. Si se tiene una batidora potente es más práctico hacerlo con menos agua (1,5-2 de agua x 1 de arroz) pues se conserva más tiempo y cunde más.
  9. Cuando está muy dulce y cremoso o líquido se ha de parar la fermentación para que no se convierta en alcohol. Para ello hay que subir la temperatura hasta “matar”, con perdón, el fermento. Si se hace directo al fuego hay que remover continuamente para que no se pegue como caramelo quemado en el fondo de la olla, además hay que tener cuidado pues saltan burbujas hirvientes que queman mucho. El modo más lento, pero cómodo y seguro es meter la olla en otra mayor con agua y dejar hervir a baño maría tranquilo durante 2-3 horas. Mejor todavía, es meterlo en tarroz de vidrio y hacer conserva al baño maría, con lo que hacemos 2 trabajos al mismo tiempo.. cortar la fermentación y conservar. En este último caso hay que tener los tarros durante 1,5-2 horas hirviendo, para asegurarnos.
  10. Una vez enfriado se guarda en el frigorífico y dura varios días. Si se estropea pronto es por no haber matado a fondo todas las enzimas. El concentrado dura más que el acuoso.
  11. Para hacer mucha cantidad y que dure mucho tiempo se hace como cualquier conserva al baño maría, en tarros de vidrio. Si se hace muy bien dura años.
 

Cómo consumir el amasake.
  1. Lo que obtenemos de lo anterior es el amasake en bruto y se puede comer tal cual.
  2. Conviene añadir una pizca de sal marina natural o algo salado, como gomasio. Con un poco de Tekka esta delicioso.
  3. Añadiendo más o menos agua tenderá a “leche”, crema…
  4. Se puede calentar o tomar a temperatura ambiente.
  5. Se puede colar y quitar el salvado del arroz para bebés o para alguna crema o leche  más fina.
  6. Se le pueden dar aromas y sabores tipo postre o golosina con una variedad de productos naturales (canela, vainilla, piel de limón o naranja, avellana tostada y molida…)
  7. Colado y con un poco de tahini blanco y un poco de sal podemos hacer una suavemente dulce leche de arroz con un punto de grasa muy digerible, mucho mejor que la que venden con aceite de girasol.
  8. Como almuerzos, tipo cereales, un tazón de amasake medio líquido con semillas tostadas de sarraceno, de sésamo, con copos tostados, corn flackes… En muy potente para trabajar durante horas a ritmo regular y tranquilo.
  9. Combina muy bien con salado: tostadas con algún tipo de paté salado, por ejemplo.



Efectos “terapeuticos” más inmediatos:
  1. Aunque la macrobiótica es una especie de medicina educativa, los nuevos lo toman “como una pastilla para algo”. Es inevitable. Lo que he explicado antes sobre los efectos en la mente, la personalidad, las emociones, la libertad, etc., les sonará a chino.
  2. El efecto más inmediato es laxante. Un laxante excepcional para estreñidos y sin efectos secundarios adversos. Así que le podemos “recetar” o invitar a amasake a nuestros vecinos estreñidos, sin entrar en filosofías que no van a entender con su mente embotada como sus intestinos. Quedaremos muy bien y no crearemos conflictos intentando enseñar a quien no está para aprender.
  3. Una vez mejore su estreñimiento, su mente fluirá mejor y preguntará. Entonces se habla lo justo para su nivel… “Primero vaciar y luego se llena fácilmente por si mismo. Primero dejar de hacer y luego viene la acción justa por si mismo.”

lunes, 18 de julio de 2011

Cimientos del Proyecto Aguinaliu

Salvando las urgencias económicas que momentáneamente tienden a forzarme a vender una de las casas, el PROA contempla desde el principio dedicar una casa a la macrobiótica y otra a una base residencial para ir haciendo una macro-ecoaldea (Socios, amigos, voluntarios, estudiantes, grupos, visitantes…). Las dos casas + los solares y el resto del pueblo serían el espacio profesional. Luego ya se harían o comprarían mas casas, tanto en Aguinaliu como en la zona cercana, para residir fuera de las horas de trabajo macrobiótico en Aguinaliu.

El que haya una casa macrobiótica es una premisa por el asunto fundamental de la salud, tanto física, como mental, emocional, individual y social. Sin un fundamento de personas equilibradas y saludables es imposible desarrollar nada a largo plazo.
La macrobiótica ayuda a generar, mantener y desarrollar un estado centrado, despierto, paciente y físicamente resistente. Sobre un buen estado de salud física y emocional se puede ir desarrollando todo lo demás, evitando o minimizando el riesgo de accidentes, conflictos y desgracias por ignorancia, atolondramientos, ansiedades, torpeza, etc.

Cualquiera que haya estado uso meses evitando el consumo de azúcar, carne, lácteos, comida artificial y refinada, etc. y haya comido estilo macrobiótico, sabe que se encuentra mucho mejor, tanto a nivel físico como emocional y mental. Los que han practicado muchos años, teniendo hijos, enseñando y ayudando a recuperar la salud de otros, etc., saben que plantearse un proyecto a largo plazo sin cuidar la salud individual de cada miembro de un grupo (socios, vecinos, amigos, familia..), es totalmente inútil. También saben que la salud no es asunto de médicos, hospitales y drogas, si no de hábitos de vida, modo de pensar y modo de comer.

El PROA o la idea del PROA, nació con el fundamento de la salud a través de la macrobiótica. Yo llevo muchos años en esto y son los cimientos de mi modo de ver la vida. Aunque me he formado también con maestros budistas, con lamas y de otras varias filosofías, artes, oficios y escuelas.. todas ellas la he podido ir integrando en la macrobiótica y no al revés... Ninguna otra escuela ha podido integrar la macrobiótica en mi, como máximo, coincidir en casi todo pero dicho o expresado con otras jergas técnicas.

La otra casa, caso de poder seguir adelante sin necesidad de vender, está más abierta a la creatividad nacida de la fecundación que se produce en la interrelación con otras personas, sean o no de otras escuelas.
La principal misión del grupito macrobiótico inicial.. 3-5 personas...es sostener la paz, la confianza y el ritmo natural de la vida, con total preferencia de lo femenino –Yin (cuidar, no hacer, aceptar, comprender..) sobre lo masculino- Yang (hacer, competir, luchar...) Una vez se establece una buena base saludable individual, se aprende y desarrolla fácil y tranquilamente, cualquier otra actividad física o mental, creativa o rutinaria, social o solitaria, artística o técnica.

En este momento partimos de una salud deficiente, tanto a escala individual, como económica, social, física y emocional. Se soporta con paciencia y alegría contenida por saber que se puede cambiar y saber cómo cambiar esta situación. Se ven los peligros, si se saben y se quieren ver. Se calculan los riesgos, los costes, los tiempos, los esfuerzos, los procesos, las condiciones de vida, los tratos… antes de mover una piedra sin un destino exacto en el momento exacto. Todo lo que no sea así es perder el tiempo en esfuerzos ilusorios con resultados frustrantes de altibajos extremos de hiperactividad y depresión.

Materiales de los cimientos del proyecto de pueblo macrobiótico - PROA.


1. El desarrollo de un proyecto depende de 3 factores, QUERER, SABER y PODER. Sin uno de los tres factores ni es viable ni realizable ningún proyecto.
2. Para participar en un proyecto de pueblo macrobiótico, como el PROA, es imprescindible: a) desear vivir aplicando los principios macrobióticos, b) tener conocimientos y experiencia en macrobiótica y c) tener poder de realización (dinero, fuerza física, oficios, habilidades técnicas, habilidades sociales, etc.)
3. Cada persona tiene unas diferentes formas de QUERER-SABER-PODER. Se trata de integrar y complementar las diferentes formas de modo que hay un equilibrio.
4. No basta con mucho entusiasmo (QUERER) si no se SABE ni se tiene experiencia en macrobiótica ni se tiene PODER (dinero o fuerza y habilidad para hacer obras)... No basta TENER dinero o fuerza y habilidades, si no se desea (QUERER) hacer un pueblo macrobiótico... No basta SABER mucho de macrobiótica si no se DESEA o no se PUEDE desarrollar un proyecto.
5. ¿QUIÉN MANDA MAS? ¿El que tiene un DESEO mas fuerte? ¿El que SABE más? ¿El que tiene más dinero o fuerza (PODER)?... MANDA el proyecto… El PROA. En unos momentos necesita más deseo en otros momentos más conocimiento y en otros momentos más fuerza o dinero.
6. Cada socio ha de ver el PROA como un hijo a criar para llegar a ser un adulto capaz de solucionar problemas, cuidarnos a todos y darnos paz, salud y satisfacción en todos los aspectos (material, salud, belleza, seguridad, buena fama social, etc.). Un feliz ejemplo local para un mundo global.
7. La fase de gestación de un hijo es la más importante pues determina la personalidad (espíritu básico) de todo lo posterior. Los primeros años, con el aprendizaje de la palabra, marca la FORMA (más o menos educada). En el PROA es lo mismo. Hay algunas personas que resuenan de modo primario, anterior a la palabra o ideas y otras que simpatizan o lo entienden, pero no resuenan. El encuentro de las personas que resuenan ocurre de un modo un poco mágico, anterior a las palabras e ideas. Luego aparecen las palabras (macrobiótica u otras ideologías…) y buscan la forma de armonizar esa resonancia espiritual… Por ejemplo en todo lo que se escribe y se habla del proyecto.
8. Para algunos resuena como algo esencial o atemporal..“para toda la vida o mientras dure”. Para otros resuena como algo temporal…(de aprendizaje, simpático, amigo, protector)… Y para otros puede resonar con rechazo o con indiferencia. Si el hijo (PROA) tiene una fuerte naturaleza básica se desarrollará en medio de todos, los que se sientan padres/madres, los que se sientan vecinos y amigos y los que se sientan enemigos. Si el PROA muere joven será algo triste para los que sienten padres/madres y amigos, pero la vida sigue y todo lo que nace, muere antes o después. Para los enemigos será placentero que muera joven, así que, de todos modos, viviendo o muriendo, el PROA habrá dado satisfacción a algunos y tristeza a otros. Mejor no apegarse mucho, aunque sea inevitable apegarse un tiempo para nutrirlo y formarlo hasta su mayoría de edad. Cuidar, amar, ayudar a desarrollar al hijo... Pero aceptando y respetando su independencia, su libertad, su misión, su destino, etc., de modo que no sea un proyecto esclavo de las perspectivas de nadie y a su vez haga evolucionar y satisfacer las perspectivas de todos... Muchos son los llamados y muy pocos los elegidos. El mismo PROA se encarga de elegir a sus padres y madres.

sábado, 11 de junio de 2011

EL FENOMENO DE LA FE, FE BIOLOGICA Y FE SOCIAL



Una tarde de cuando mi hijo Jordi tenía unos 5-6 años, llegué a casa y me lo encontré en un estado de súper-felicidad.
¡¡Papá, papá.. Ya sé multiplicar!! ¡pregúntame cualquier multiplicación! ...
... Risas, euforia, ojos brillantes.
No le habían regalado una bicicleta ni ninguna otra cosas. Simplemente tomó conciencia de haber estrenado una nueva habilidad que no tenía y ese darse cuenta  fue como una mini-experiencia mística gozosa para un niño de 5-6 años.

Discurso sentencioso: Superar cualquier ignorancia o desarrollar una nueva habilidad da satisfacción. Por otro lado, es efecto del buen apetito de vivir y aprender, de una buena salud. A su vez, ese buen apetito instintivo, esa buena salud, es causa de confianza instintiva en uno mismo, de una fe biológica no machacada por el entorno familiar o social...

...Sigo con narración y ya irán saliendo nuevas sentencias

El pequeño niño Jordi, hacía reír y sentirse felices a muchos vecinos del pueblo y se hizo muy popular con sus ocurrencias graciosas. Para los padres, yo y su madre, era una fuente de satisfacción, pero también de preocupación, al ver que muchos vecinos le regalaban helados y chuches a cambio de payasadas. En fin.. Que la satisfacción va de la mano de la insatisfacción, por miedo a perder ese estado gozoso... El apego a la salud. Eso suponía un agotador esfuerzo de control  para paliar “la contaminación” social de mis niños... Las 4 niñas hermanas de Jordi también tenían una salud excelente, pero no eran tan payasas ni sociables.

Lo primero que tuve que superar conscientemente en mis primeros 2 años de macrobiótica, con 22-24 años, fue la intoxicación familiar y social de engaños, hábitos tóxicos tenidos por buenos, miedos inconscientes heredados de los traumas no resueltos por mis padres, especialmente de mi madre... Y siguiendo relacionando, mis abuelos, la sociedad de la posguerra franquista, los médicos alópatas.
Para superar eso no necesité la ayuda de ningún psicólogo, ni psiquiatra, ni médico, ni cura... Sólo utilicé 4 cosas fundamentales, a saber:
1. Un maestro de macrobiótica y otros maestros de filosofía oriental y meditación.
2. Enseñanzas de cocina, filosofía macrobiótica y meditación.
3. Amigos estudiantes, tanto los más avanzados como los más novatos.
4. Practicar intensivamente una alimentación macrobiótica y técnicas de concentración (meditación)

La alimentación macrobiótica y la actividad física fueron limpiando mi cuerpo, fortaleciéndolo y haciéndolo más flexible, alerta y tranquilo. El fenómeno hizo aparecer en mi una nueva fe en la vida, una fe instintiva sin necesidad de creer en nada, más bien lo contrario, una necesidad visceral de no creerme nada hasta analizarlo y comprobarlo concienzudamente con mi experiencia hasta no quedar sombra de duda.
La meditación y el estudio de la filosofía macrobiótica y oriental me fueron limpiando de engaños, patrañas y miedos subconscientes e inconscientes. El fenómeno me dio la satisfacción de encontrar una nueva fe social, en nuevos amigos y personas por todo el mundo, de todas las culturas, razas, sexo, edad, escuelas filosóficas, nivel social, etc., ... Personas con la misma motivación de cortar con la transmisión de engaños, patrañas, miedos y sufrimiento a sus inocentes hijos pequeños. Eso suponía un enorme esfuerzo para compensar la toxicidad conceptual y nutricional del entorno social. A medida que se fue desarrollando mi habilidad disminuyó el esfuerzo necesario. El problema social era el mismo o peor cada vez, pero una vez tomado el nivel mínimo necesario se hace llevadero y con los años llega a ser muy placentero y hasta se agradecen los problemas heredados y los creados por uno mismo con nuestra ignorancia.

Es un resumen de los dos tipos de fe a los que me refiero.
Una fe visceral, consecuencia de comer cada día arroz integral y comida macrobiótica.
Otra fe consciente, consecuencia de observar, analizar, estudiar lo que dicen los maestros de distintas escuelas filosóficas, debatir con otros estudiantes, etc.
Sin la primera no funciona la segunda. La segunda ha de llevar a la primera o no sirve de nada y crea más confusión que soluciones, más y más teorías y conceptos que acaban agotando al más fuerte del mundo.

Lo que buscan los maestros y profesores macrobióticos al recomendar a los nuevos estudiantes que dejen o minimicen el consumo de azúcar y comida refinada moderna y coman más grano, raíces, miso.. La Dieta Standard , o la nº 7, 6, 5... Lo que se busca no es tener un “fiel” más a la “religión macrobiótica”, lo que se busca es que el estudiante recupere su instinto y confianza natural que a su vez impulsa a aprender y desarrollar cualquier habilidad positiva que ayude a este mundo en vez de ser un personaje más de transmisión tóxica, biológica, medioambiental y conceptual.
Una vez mis niños pequeños se han hecho adultos y responsables de su vida, los padres somos responsables de esforzarnos en recuperar y transmitir conceptos y hábitos libres de miedo y engaños, para que nuestros hijos y nietos tengan un hogar limpio y seguro en este planeta, sea donde sea que vayan. Esto supone una practica física y nutricional y otra práctica filosófica.

El Proyecto Aguinaliu – PROA– va de esto.
Primero ayudar a recuperar la fe visceral, fortaleza, ganas de vivir, buena salud física, etc. a base de comer bien y hacer actividad física no competitiva (*)
A medida que se va recuperando la tranquilidad y claridad física, se va desarrollando la habilidad mental y creativa en una gran diversidad de actividades necesarias para hacer un pueblo sin las absurdas prisas modernas y minimizando el uso del consumo y el dinero. A menos necesidad de usar el dinero, más libertad y placer en cada pequeña actividad vulgar y corriente cotidiana disfrutada con buena salud.

(*) Actividad física no competitiva significa reorganizar creativamente las aparentes ruinas y cosas antiguas de Aguinaliu. Cambiar el polvo de sitio, las piedras, las maderas... Con la perspectiva de un resultado o efecto futuro (Por ejemplo, una casa, un huerto, un jardín , leña para el invierno...) No uso mucho el concepto de limpiar pues presupone que hay algo sucio y desagradable... La caca, hierbas, ceniza, etc., hacen compost para el huerto o jardín.

Añado todavía otro comentario posterior, señalando la fe en negativo, la del miedo y ver enemigos en todo, la de luchar continuamente, hasta el absurdo de "luchar por la paz". Esta subjetividad tiene su raíz en un mensaje "vinagre" visceral, un mensaje ácido, de mala salud, de comer mal y acidificante. 
Por supuesto que lo de comer así tiene su correspondiente parte mental aprendida de un entorno familiar y social ácido y tóxico, que vive todavía en el ego del "antiguo testamento", el de subyugar la naturaleza a los deseos del hombre y el hombre a los deseos del mismo ego, pero muy grande y fuerte, dios, el dinero, el poder social... Las invenciones conceptuales humanas que se hacen imprescindibles cuando se olvida o pierde el instinto de salud que los orientales situan en el "hara", el centro energético (chackra) del vientre, relacionado con la asimilación nutricional y sexualidad, la creación y asimilación de vida, la calidad de la sangre, etc.

jueves, 9 de junio de 2011

Aguinaliu. Vida macro desde antes de nacer hasta después de morir.

Hace muchos años que empecé a usar la frase “desde antes de nacer hasta después de morir”, para abarcar el ámbito del “hacer” del Proyecto Aguinaliu.
De hecho,  es lo que se ha hecho en ese pueblito desde antes de tener noticias históricas, allá por el S.XII. En aquel tiempo ya existía la llamada Casa Hospital, habitada hoy por un holandés de unos 2 mt de alto. Por lo visto había una ruta desde Francia, pasando por Benàs y el GR que pasa por Aguinaliu hacia Monzón ya que por Navarra hacían pagar más para ir a Santiago de Compostela... Bueno, vale, que si me enrollo con la historia me olvido del tema.

La super-especialización moderna es muy eficaz y poderosa para unas cosas, pero tiene una contrapartida negativa que nos convierte en deformes profesionales, piezas de una máquina, mercancía en manos de los bancos, votos para los políticos, pacientes pasivos para los médicos, devotos para los curas, etc. Lo que sale fastidiado de todo esto es nuestra naturaleza (nuestro cuerpo) y nuestro medio ambiente.
El caso es que vivimos la mayoría de nuestra vida de 2ª mano, obedeciendo normas prestadas  o molestos y cansados de ocuparnos en discernir y debatir si esa norma o aquella es justa o no, equilibrada o no.

La vida del ego no para de cambiar a cada instante en este mundo aéreo. Venimos de un mundo acuático, en el vientre materno, pasamos por el mundo aéreo terráqueo y cuando morimos... Cuando morimos qué?
El asunto de este texto sobre el proyecto Aguinaliu incide sobre este asunto. Es de suponer que en un Eco-pueblo, pueblo Macrobiótico, de Desarrollo Sostenible, o como lo queramos llamar, se ha de poder nacer y la gente morirá en algún momento, como todos los demás.
Más o menos, ya se controla o hay conciencia de controlar macrobióticamente la concepción, el embarazo, el parto natural y la crianza. Que luego hay quien controle más o menos ya es otro asunto. Desde luego, es un asunto importante para un proyecto como el de Aguinaliu.
El otro asunto es el control de la muerte y después.
A la hora de la muerte no hay muchos sacerdotes, chamanes, lamas, etc., macrobióticos o entrenados para una espiritualidad global. Aunque la macrobiótica se nutra originalmente o filosóficamente  del budismo y el taoísmo, a la hora de la muerte, muchos macrobióticos tiran de la tradición de familia.
No hay chamanes o sacerdotes ni forma macrobiótica de funerales. El proyecto Aguinaliu tiene vocación de vivir de primera mano todo. La muerte también. La autosuficiencia local con conciencia global, creando soluciones para el mundo desde un pequeño lugar, ha de integrar también la inevitable muerte.
Lo recuerdo porque los que se interesan en una ecoaldea, vivir de otro modo, etc., han de pensar en que es un proyecto de vivir de otro modo...
Y morir de otro modo.
¿Cómo?
Eso es algo privado para los que vivan el Proyecto Aguinaliu hasta la muerte y más allá de la muerte. Para vivirlo más allá de simpatizar.

domingo, 8 de mayo de 2011

HIPERACTIVIDAD INFANTIL

Si se busca el concepto social corriente de Hiperactividad o Déficit de Atención encontramos que lo achacan a un problema de origen neurológico o neurobiológico o genético. También encontraremos que lo relacionan con el consumo de azúcar, de colorantes, conservantes y otros añadidos alimentarios que se usan masivamente en las golosinas y en toda la comida industrial moderna. El caso es que es un fenómeno que hace sufrir y no para de crecer en la sociedad de consumo, como el resto de síntomas o efectos de un estilo de vida que los genera y desarrolla.

¿Qué dice la macrobiótica al respecto? ¿Qué hace un macrobiótico al respecto?

Ahora no estoy en la circunstancia de criar niños, pero tengo en la memoria la experiencia de criar 6 niños en una época en que era más difícil obtener enseñanzas de macrobiótica. Hace más de 30 años.
Desde mi punto de vista macrobiótico actual, no me preocupo de las enfermedades, me ocupo de darle una utilidad y sentido al sufrimiento y al dolor, independientemente de los nombres inventados por los médicos y psicólogos.
Cuando notaba que se me empezaba a descontrolar la tranquilidad familiar veía multitud de factores de descontrol, tanto míos como de los niños y de su madre. Al ir a la escuela los niños y trabajar fuera de casa los padres, incluyendo comer fuera de vez en cuando, la vida familiar empeoraba... No llegaba a ser nada grave, pero el caso es que disminuía la tranquilidad y creatividad con respecto a las épocas de vacaciones de la escuela y mías, épocas en las que comíamos nuestra comida macrobiótica cotidiana y disfrutábamos de cosas simples cotidianas, al estilo de nuestros ancestros. Cocinar, dormir, pasear, ir a la playa, cuidar el huerto o el jardín, decorar, estudiar, cantar... Consumir o comprar lo mínimo, nada de tiendas, ni bares, ni atracciones... Comida al por mayor (arroz, harina, aceite, tamari...) y hacíamos la comida, el pan, los espaguetis... Lo vulgar y cotidiano era vivido como una diversión por todos, incluido los niños, y no había ninguna ansiedad de ir a ningún lado,  de comprar esto o aquello... Cabe decir que para criar a mis hijos, me busqué un sitio en un tranquilo y silencioso entorno natural. Percibía que el entorno social, sus costumbres, sus vibraciones, etc., me obligaban a hacer un gran esfuerzo de control de la salud y paz familiar y lo resolvía poniendo distancia y acercando mi tribu a la naturaleza. De lo contrario intuía que llegaría un momento de agotamiento y descontrol peligroso.
Para cuando ocurrió lo inevitable, confiar más y controlar menos, los niños ya tenían consolidado su sistema nervioso macrobiótico. Ahora una de esas hijas es madre de tres niños y va comprendiendo.. a la fuerza... y va viendo que criar requiere cambiar radicalmente las prioridades... Ninguno de los niños gestados, nacidos y criados macrobióticos tiene problemas de atención. Son espabilados, receptivos y aprenden de todo casi sin precuparse de enseñarles nada, como pasa con cualquier niño saludable.

Y vuelvo entonces al ¿Para que sirve?... En este caso, la manifestación o forma de sufrimiento que llaman Hiperactividad.
El problema no está en ese efecto o síntoma, ni en los nervios, ni en los colorantes, ni en el azúcar, ni en ninguna otra cosa que no sea en la propia ignorancia de los padres. Sabemos que el fuego quema, es su naturaleza. Es de tontos echarle la culpa al fuego porque se ha quemado la mano. Hay que ponerse un guante grueso para sacar la bandeja caliente del horno.
Lo mismo pasa con la salud. Es de ignorantes comer y beber veneno y basura química, vivir cotidianamente un ambiente ruidoso y sucio, discutir egoístamente por ver quien lava los platos o cualquier otra nimiedad, etc.,.. Y pretender disfrutar de una buena salud física y mental capaz de criar bien a un niño. El caso es que poca gente moderna soporta darse cuenta de su propia ignorancia y casi siempre confunde lo que cree saber con lo que sabe realmente. En ese estado de cosas, el sufrimiento de un individuo no deja de crecer e irá apareciendo de diversas formas: físicas, mentales, emocionales, familiares y sociales... En el individuo mismo, en sus relaciones, en sus hijos, su entorno social y profesional... carne de sufrimiento sedado por drogas, medicamentos, TV, consumismo compulsivo y distracciones de todo tipo que impiden centrase y aproximarse al control de la propia salud y vida.

¿Cómo cambiar?
Primero hay que desearlo con fuerza, desear por encima de todo lo demás, acabar con la propia ignorancia que nos mantiene en un estado incapaz de solucionar tanto nuestros propios problemas de salud, como los de nuestros hijos.
¿Quién o qué nos saca o nos ayuda a salir de la ignorancia? ¿Un Psicólogo? ¿Un pediatra? ¿Un cura? ¿La filosofía de Kant? ¿Una nueva pareja?...No. Ya vemos que la medicina convencional no soluciona las causas profundas de los problemas  y que la salud pública cada vez es peor, a pesar de los avances tecnológicos y químicos que pueden paliar temporalmente los síntomas.
Todos los efectos (llámense como se llamen médicamente) provienen de no comprender el Orden del Universo, la Ley Natural, de vivir ignorando las leyes de la naturaleza. ¿Hace falta una carrera científica para ver que el estilo de vida y hábitos nutricionales modernos artificiales tienen efectos caóticos?.. O se ve o no se ve. Da igual que lo diga un cura, un médico, un barrendero o la vecina de al lado. Hay gente analfabeta y primitiva que tiene mucho más sentido común que la mayoría de intelectuales, médicos, científicos, psicólogos, teólogos, políticos... más preocupados de tener razón, de su fama, su dinero, vender sus libros, etc., que de librar de sufrimientos a nadie.
Para acabar, como macrobiótico, añadiré que la macrobiótica, como escuela, se dedica a eso, a ayudarnos a recuperar nuestro sentido común humano, el de madre, padre, persona, amigo, vecino... De modo que sepamos utilizar todas las cosas de la vida de modo que nos libren de sufrimientos y por el contrario nos den seguridad y satisfacción. Eso no está en las cosas, está en nuestra habilidad para usarlas en la medida y el momento justo. Sin esa habilidad no se ve ningún futuro positivo.

Si con esto, alguien que no se daba cuenta, se da cuenta de que ha de aprender Yin-Yang, nutrición, hábitos de vida, etc., para desarrollar la habilidad, luego podemos hablar del estudio y la práctica.

Algunos enlaces de referencia


lunes, 2 de mayo de 2011

MANTRAS, APEGO Y YIN-YANG

La macrobiótica se apoya, entre otras muchas cosas, en la alimentación que ha sido soporte de la humanidad en los distintos lugares de la tierra durante miles de años, comprendiendo y respetando la diversidad.
La dialéctica Yin-Yang y las Leyes de Transformación, ayudan a comprender la diversidad y el cambio continuo, sin quedarse en el dualismo bueno-malo.
Sin embargo, "no solo de comida y bebida vive el hombre"... Lo que nos hace y cambia continuamente es, de Yang a Yin, la comida, la bebida, el aire, las vibraciones (sonido), las radiaciones (luz, calor)...

Al aprender a aplicar Yin-Yang a la comida y bebida podemos ir controlando nuestra sangre y como consecuencia, los efectos mentales y emocionales condicionados por tener la sangre de un modo u otro, pero no es suficiente. También hay que hacerlo con lo que se respira, lo que se oye,  lo se ve y lo que se interpreta.
Eso es llamado en las tradiciones orientales de diversos modos:
  • Pranayama o respiración consciente a "cocinarnos" el aire según los efectos que se busquen.
  • Mantrayama, Yogatantra o sonido consciente a "cocinar" aplicando yin-yang al uso de vibración de la voz y el sonido... según los efectos que se busquen
  • Imaginería, simbolismo, visualización consciente... a "cocinar" la imaginación aplicando yin-yang al uso de vibración de la voz y el sonido... según los efectos que se busquen
Lo principal es saber lo que se busca. El problema se presenta en este punto.
Lo corriente es buscar repetir una experiencia agradable del pasado que ha quedado en la memoria.. o no  repetir una experiencia desagradable del pasado que está igualmente en la memoria. Los recuerdos agradables son efectos del apego y los desagradables del rechazo u odio. Eso hacen también los animales, sin ningún problema, con su memoria. No hace falta estudiar ni aprender nada.
¿Qué pasa cuando no se puede tener el objeto de apego? ... Pues que toca librase del apego a ese objeto. Eso está en la memoria del sujeto, no en el objeto.
¿Librarse es una acción Yin o Yang? ¿Necesita más Yin o más Yang? ... se trata de desmaterializar o dispersar una sensación muy física, de angustia, ansiedad, tensión... En esta situación mucha gente hace cosas peligrosas, como tomar drogas, calmantes, alcohol, chocolate, comer compulsivamente, juego y otro tipo de contraestimulo que crean una  adicción más física a partir de un apego natural, como por ejemplo, perder la pareja o un hijo o la fortuna de toda la vida de trabajo... Así no se soluciona si no que se complica más... La solución o una ayuda a la solución “que se puede cocinar uno mismo”, es el canto de mantras o sonidos, algo que han estado haciendo todas las tradiciones espirituales y religiosas de la humanidad durante miles de años. Espiritualizar es yin, lo contrario de materializar que es Yang.
La macrobiótica usa, cuando es necesario, la desmaterialización yin, usando la cocina, ejercicios, la respiración y el sonido... y la imaginación. Siempre bajo la visión de Yin-Yang y en qué o hacia qué queremos transformarnos aplicando las Leyes de la Transformación.
Cambiar en medio de un entorno social que nos lleva hacia donde no deseamos ir no es fácil. El entorno social moderno emite unas vibraciones muy caóticas y no siempre se puede cambiar de entorno ni aislarse de las vibraciones que nos rodean. El canto de mantras es algo poderoso que se puede hacer en un momento u otro del día o la noche en medio de la jungla social.
La mente no puede estar concentrada en dos cosas en el mismo instante. Las vibraciones que canta uno mismo se reciben más cerca que los ruidos, palabras, sonidos... Vibraciones.. de fuera de uno mismo. Se reciben interiormente.
Asimismo, al cantar usamos el aire, que también en Yin con respecto a la comida y bebida que son más materiales y por tanto más yang. El aire, el oxígeno, aviva el fuego interior, al igual que cuando soplamos en una brasa. El fuego es lo más Yang. Yang en extremo produce Yin...radiaciones, visiones, alucinaciones... hasta que se gasta el combustible o el objeto que se quema... El objeto de apego en memoria que produce sensaciones intensas. Los budistas dicen que el apego es como el aceite, que cuesta mucho de limpiar. Un modo muy rápido es “quemar” ese aceite y a eso lo llaman la “vía del apego”.
Se avisa de que esto es muy poderoso y rápido, pero también puede ser peligroso si no se ha cultivado un modo de pensar compasivo y pacífico. Es jugar con fuego. Pasa lo mismo que con la comida o cualquier otra cosa. Lo principal es que el efecto que se busque no sea destructivo, así que “quemar el apego”, no es un buen modo de pensar. Se trata de transformar esa fuerte energía en algo mejor y de más ayuda para todos... la gente (amigos y enemigos), el medio ambiente que nos soporta y el universo entero.
El uso de los mantras es especialmente útil y poderoso para situaciones de urgencia... muerte, enfermedades graves, adicciones de todo tipo... Y en los que desean hacer un cambio acelerado en la macrobiótica para poder ayudar a los demás con más recursos propios. Un cambio acelerado de hábitos dietéticos y de vida es algo violento, pero a veces es necesario, pues más violento es seguir con los hábitos y que te mutilen o que te hagan quimioterapia, o morirse... o que sufran nuestros hijos y entorno por meteduras de pata nuestras, como darles de comer mal o pasarles nuestros problemas no resueltos y miedos, con palabras y acciones miedosas o destructivas en vez de transformadoras en positivo.

viernes, 22 de abril de 2011

INTESTINOS, MENTE, COMIDA Y NIRVANA

En los últimos días han ido publicándose diversos artículos que me sirven de referencia para aproximar al lector hacia la idea o visión que deseo expresar. Al tratarse de asuntos muy subjetivos, no es fácil que lo que se dice y lo que los otros entienden sea lo mismo, aunque se pueda aproximar.
Un artículo sobre la flora intestinal publicado en diversos periódicos, como El País, que se tiene por un diario culto, se vanagloria y hace publicidad de otro “gran descubrimiento de la ciencia” que teóricamente permitirá hacer trasplantes de flora intestinal para tratar lo que llaman enfermedades ”Colitis ulcerosa, Enfermedad de Crohn, obesidad, gastritis...”  
La deducción de la gente no macrobiótica o que no conoce la medicina oriental, por muy culta, erudita y educada que sea, puede quedarse en la esperanza en la ciencia y sus avances en la lucha para subyugar y matar una serie de enemigos naturales más.

Ahora va un macrobiótico y afirma.”la flora intestinal se fastidia de comer mal y se recupera comiendo bien, sin trasplantes que valgan” ... hasta aquí, cualquiera lo puede entender y no es fácil de negar, aunque tercamente se tienda a echar las culpas a virus, bacterias o cualquier otro enemigo al que poder matar sin cambiar nada de nuestros hábitos y modos de pensar.
Pero la macrobiótica también afirma algo que se da por cierto desde hace siglos en la sabiduría de la medicina tradicional. “Los intestinos y su flora intestinal están directamente relacionados con el funcionamiento del cerebro y su actividad”.
El erudito periodista del Pais, amante de los avances científicos y de su sueldo por publicar cosas que mantienen el negocio de la enfermedad dirá: ¡¡Bah, supercherías!! ¡¡No tienen nada que ver los huevos con escribir de modo elegante!!
Hay otros dos artículos recientes que apoyan mi afirmación macrobiótica. Véalos antes de seguir: http://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2011/04/12/beware--bacteria-growing-in-your-gut-can-influence-your-behavior.aspx
Estos dos artículos son complementarios. Uno habla de experimentos científicos y otro de la experiencia directa en el caso de un niño con autismo que deja o va dejando de mostrar síntomas de autismo al cambiar la alimentación por otra macrobiótica.
Por mucha psicología, terapias externas, medicamentos, etc. que se use, no se soluciona nada si no se deja de comer la basura química y tóxica moderna y se come la alimentación adecuada para la naturaleza de un ser humano, en camino a evolucionar y madurar hasta llegar a ser un buda, lo máximo o mejor que puede llegar a ser un humano.
En este punto me centro en el final del título, el Nirvana.
Las tradiciones lo identifican con la Paz, un estado personal o colectivo en el que se acaba la ser de llegar a ser, de tener, de hacer... Se acaba el deseo y el apego. Se acaba por estar satisfecho y no se necesita nada más. No hay que luchar por la paz, ni por la salud, ni por nada de nada. Se acabó para siempre luchar.
Antiguamente no se habían inventado los miles de tóxicos de que disfrutamos ahora. Todas las tradiciones tenían sus reglas alimentarias especiales, como ayuno, no comer carne un tiempo, no comer pan con levadura, no comer ajos o cebollas, no esto o no aquello. Se supone que esas reglas, entre otras muchas de tipo mental o entrenamientos físicos, eran para acercar al devoto, a dios, al nirvana, a una mayor concentración, una mente más tranquila, etc.
El resultado de todas esas reglas era llegar a ser un Santo. Un ser, hombre o mujer, en estado de beatitud o unión con un concepto de dios o nirvana, según el tipo de tradición.
José Luis Sanpedro decía bien en su colección de frases sentenciosas “sabemos lo que no queremos, pero no sabemos lo que queremos ni adonde vamos”... En cualquier caso, todo apunta (desarrollo acelerado de enfermedad física y mental, crimen y corrupción a todos los niveles, divorcio y desencuentro familiar, contaminación y amenaza radiactiva...)... Todo apunta a que no vamos a un futuro muy paradisiaco, por mucho trasplante de flora intestinal que nos hagan.
¿Que buscar y adonde ir? Qué es lo que puede poner en orden y darle sentido a nuestra existencia individual y social? ¿Dónde se compra o se consigue? ¿Como se hace?
Jesús decía “Buscad el paraíso y lo demás viene por añadidura”
El budismo dice “Sólo vale la pena llegar al Nirvana, lo demás es ilusión y sufrimiento”
El Tao busca la virtud, alcanzar el Tao, la armonía con el Universo.
Llámese como se llame tradicionalmente, en la sociedad global de nuestros días, conectada por Internet, es necesario ir más allá del mito de nuestros abuelos y dedicar la energía, el ki, el espíritu, el prana, el alma..., a solucionar la creciente idiotez sin futuro y las consecuencias destructivas globales.
Eso se hace empezando por uno mismo. Por reparar nuestra flora intestinal y autismo a base de comer bien, dejando todo lo que nos hace tender a autistas y enfermos. Eso lo enseña a hacer y dejar de hacer la macrobiótica, con la comprensión y aplicación en todo de Yin-Yang, la Teoría de los 5 Elementos de Transformación. Con “aplicar en todo” me refiero principalmente a la alimentación, pero también a la respiración, los tipos de ejercicio, el modo de pensar e imaginar, la actividad social, el modo de hablar, el sexo, la higiene, el estilo de vida... Se empieza por la comida. Ello mejora la mente, además del cuerpo y permite ir comprendiendo y controlando gradualmente cosas más sutiles y difíciles de ver y comprender con una mente atontada y trastornada sobre una fisiología en mal estado por comer mal.
No hay nada metafísico o místico, ni hay que creer nada como una doctrina, ni se busca ninguna beatitud o santidad ignorante. Se busca la sabiduría que comprende la relación dependiente de todo en el universo, como se relaciona todo, como la estamos pifiando y como acertar en dejar de crearnos más sufrimiento. La búsqueda no está muy lejos de nosotros. Está en nosotros mismos y nuestro entorno inmediato, en nuestras pequeñas cosas cotidianas, comer, beber, pensar, respirar, hablar, relacionarnos... El discurso de todos los post de este blog macrobiótico.