lunes, 23 de enero de 2017


Ayer me recordaban en FB un artículo más o menos filosófico que escribí en el blog.


Hoy corre la noticia de la muerte de la modelo Bimba Bosé por un cáncer de mama.

Según el enfoque filosófico macrobiótico no se muere nadie por cáncer, se muere por modo de pensar ignorante, por hábitos de vida y alimentación que producen cáncer y otros efectos negativos.

Afirmar que la macrobiótica cura el cáncer y otras enfermedades no es entendido bien por mucha gente. Lo interpretan con mentalidad farmacéutica, como algo que te receta alguien, se pone en práctica como si fuera un régimen y… a ver si hay suerte y funciona. Esto se refuerza con los testimonios que se pueden leer de personas que se ha curado de algunos síntomas y lo cuentan.

Otras personas, algunas, se enfadan mucho por sentir que los macrobióticos crean falsas perspectivas en gente con situaciones angustiosas. ¿Nos callamos? … Lo de escribir es libertad de expresión. Si a algunos les remueve las tripas no es por mi intención de fastidiar.

 

En el articulo de hace 5 años hablaba del no necesitar. Resulta que en el asunto de cáncer de mama, es algo que no existía en china ( …¡y mira que hay mujeres) ni en Japón… antes de introducir los hábitos de alimentación occidentales. Mucha gente que no necesitaba “luchar” contra el cáncer de mama.

 

El método es simple, aunque no es fácil para los muy activos socialmente, famosos, ricos, importantes… Para la gente poco importante es más fácil, los otros quizá necesiten desapegarse de la fama, la comodidad y la seguridad material.

 La teoría por la que aparece cáncer, en lo que respecta a la fisiología, es por mantener mucho tiempo unos hábitos alimentarios acidificantes. La condición ácida en la sangre y fluidos es un caldo de cultivo para el cáncer y otros efectos. Una dieta rica en azúcar y productos que lo contienen, leche y derivados, grasas de mala calidad y comida industrial llena de química… Además de exceso de carnes y conservas y algunas drogas y medicamentos muy acidificantes.

En los intestinos tenemos algo muy importante llamado flora intestinal. Una comida acidificante produce algo que es una plaga,  como el hogo cándidas y bacterias de putrefacción. De ahí se contamina el sistema urinario y genital, con irritaciones, escozor, picores… El cuerpo va equilibrando un tiempo que puede ser largo hasta aparecer cáncer y no siempre aparece, pero hay muchos números para que toque. Cuando el sistema excretor no da abasto se acumulan restos tóxicos en cualquier sitio, más arriba del cuerpo si predominan hábitos muy yin y más abajo si son más yang.

Todos sabemos que en los bosques salen setas. Los bosques tienen un suelo muy ácido por acumulación de hojas en descomposición. En el cuerpo ocurre algo similar. Las acumulaciones tóxicas se convierten en tumores cancerígenos que tienen un aspecto diverso, desagradable generalmente.

Si dejas frutas (acido) o leche al aire libre y hace calor, pronto sale moho y se pudre. Un jamón u otros productos curados con sal no. Se ponen duros y secos, salvo que esté en un sitio muy húmedo. Si se humedece mucho también puede aparecer moho.

 

En fin… No paramos de oír el discurso de “luchar” contra algo y ver causas adonde solo hay efectos. Abandonando las causas desaparecen los efectos, asunto de investigar a fondo las causas, algo que no se hace mucho por no ser negocio.